Desastres del neoliberalismo, la religión de todos ellos
Es algo lamentable e increíble si se tiene en cuenta que los vecinos más “pobres” o, mejor, menos industrializados, del sur, hasta el gobierno de Misael Pastrana, por lo menos, nos consideraban un país respetable, y un modelo a seguir, pues era una prueba exitosa de la política de sustitución de importaciones que, en buena hora, nos impuso la CEPAL...
Hasta entonces, los juguetes de los niños peruanos, ecuatorianos y bolivianos, y de la mayoría de los colombianos, se producían en Medellín más que en el Polo Norte.
Por eso, algunos vecinos llegaron a calificarnos como la “Potencia del Norte”, pues teníamos una economía propia y pujante, con un mercado interno significativo, que garantizaba una clientela fija y segura. Y éramos capaces de producir excedentes para exportar, después de que nuestra gente quedase bien atendida y satisfecha, pues la producción respetaba su idiosincrasia y pretendía atender adecuadamente sus necesidades.
Todo eso lo destruyó el neoliberalismo; la “apertura” del mercado interno a la “batería pesada” de las mercancías extranjeras, que impuso Gaviria. Como era previsible, y todos los seres sensatos lo habían advertido, acabó con la producción nacional.
Pero eso no le impide seguir viviendo de la política y hasta insultar a su fiel escudero, el otrora senador Uribe Vélez, su cómplice en la degeneración de la patria.
Y Juan Manuel lo sabe. También sabe que el daño es mayor y se extiende a todos los sectores. Que si no se cambia el modelo que está acabando con el mundo entero, pronto llegaremos al estado de postración de Haití.
Por enceguecidos que los tengan las recetas neoliberales (que es lo que ahora llaman “economía” los potentados), los tecnócratas con que se rodeará Santos deben entender que la relación costo/beneficio en la explotación minera tiende a subestimar el valor de los nichos ecológicos y de los daños ambientales. No les importa que son irremplazables, razón por la cual deberían sustraerse a cualquier explotación.
En particular, hay que protegerlos de la guiada por el mezquino deseo de lucro de unos potentados extranjeros, insensibles y ajenos a cualquier vida y a cualquier bienestar que no sean los suyos. Las lecciones de la tragedia iniciada en el Golfo de México por los potentados de la BP, exige reconsiderar toda inversión en minería en cualquier lugar del mundo.
En particular, la gran minería es despiadada. Arrasa con el medio ambiente sin ninguna consideración y a alta velocidad, dejando ruina, miseria y destrucción a su paso. Sus indeseables consecuencias son destrucción irreparable; pobreza para el país y sus habitantes, y comisiones para los vendepatrias.
Pero éstas, de ninguna manera compensan el aterrador daño a Pacha Mama, cuya biosfera estamos matando, a todos los niveles. Cuando el “índice de inversión” se refiere a minería, entre más alto sea mayor es la calamidad para la nación, el territorio y la población.
Pero éstas, de ninguna manera compensan el aterrador daño a Pacha Mama, cuya biosfera estamos matando, a todos los niveles. Cuando el “índice de inversión” se refiere a minería, entre más alto sea mayor es la calamidad para la nación, el territorio y la población.
La inversión que sirve es la que funda empresas productivas, creadoras de valor agregado. También es importante la que construye infraestructura. Pero es altamente nociva la que se limita a saquear nuestras materias primas para transformarlas en otros países, mientras acá sólo dejan eriales inservibles y grotescos.
La inversión perjudicial y abominable (aunque los neoliberales no lo admitan ni se tomen la molestia de considerarlo), es la que destruye el medio ambiente; se dedica al saqueo; despoja y desplaza a las comunidades de nacionales para facilitarles a los extranjeros sus atropellos de todo orden; causa el desarraigo de campesinos e indígenas, con sus secuelas de desempleo, violencia, prostitución, cordones de miseria, inseguridad, hacinamiento, analfabetismo… se conquista concediéndoles a los potentados extranjeros privilegios inalcanzables para los nacionales, e inadmisibles e injustificables para cualquiera que tenga dignidad y ame la patria. Igualmente, es nociva la que desnacionaliza nuestro entable productivo, desarrollado tras muchos años de trabajo interno. También lo es la que privatiza los monopolios públicos encargados de servicios estratégicos.
Su misión natural es servirle bien y oportunamente a la comunidad. Es criminal privatizarlos para enriquecer a unos privilegiados que nada aportan, pero que se llenarán de plata por mera inercia, aunque deterioren los servicios o no los presten.
Para ilustrar las consecuencias del neoliberalismo, basta considerar la funesta privatización del servicio público de energía en la costa atlántica, donde son frecuentes las electrocutadas de miserables, porque la empresa de energía primero calcula el costo para ella antes de atender las demandas de los usuarios. Pero no deja de facturarles, así no les preste el servicio. Si el monopolio ilegítimo no percibe lucro, los deja librados a su suerte como bastardos de la patria.
Evidentemente, a pesar de los postulados del neoliberalismo, los monopolios públicos de ninguna manera deberían estar en manos de particulares. No importa que lo hayan exigido e impuesto el FMI, el Banco Mundial, USAID y otras agencias financieras dedicadas a acaparar la riqueza producida por la humanidad, para aumentar exorbitantemente las fortunas de los estafadores y otros potentados, mientras asesinan la biosfera.
En síntesis, tenemos la obligación de rechazar la inversión que Uribe Vélez se esmeró por impulsar, dejándonos casi en la ruina para que los funcionarios vendepatria pudiesen salir de pobres con los beneficios que les dejen los negociados que logren concertar mientras ejercen el poder, que es tan huidizo y difícil de conquistar.
Por tanto, cualquier politiquero afortunado tiene que sacarle el máximo provecho cuando se le presenta la oportunidad de acceder a él. Los intereses de los representados y de la patria poco importan cuando se puede disfrutar el resto de vida en un balneario elegante en el extranjero. O de una Notaría que produzca diaria y abundantemente.
O de un contrato para sacarles jugo a las inversiones en motosierras, una vez que ya su empleo para descuartizar personas ha entrado en decadencia.
En este caso, un buen contacto con la administración pública permite dedicarse a destruir el patrimonio forestal de la comunidad, como está sucediendo en Medellín con las alcaldías de Fajardo y su reemplazo, Alonso Salazar.
Es algo más rentable y seguro. Hasta puede presentarse como un servicio a la comunidad, siempre victimizada por las “autoridades” y sus cómplices del bajo mundo y de otras esferas.
Si el propósito fuese dinamizar nuestra economía y abrirles mercados a nuestros productos (aunque la demanda interna sigue insatisfecha y podría constituir un mercado más fiel), no se puede escoger un peor momento que el presente, cuando la crisis golpea a los países ricos, exigiéndoles conseguir mercados para colocar sus mercancías, lo cual arruina cualquier producción nacional.
Como se ve, es posible adelantar políticas sanas, que mejoren las condiciones de vida de la población y se orienten a fomentar la producción interna. Pero hay que tener como guía la búsqueda de la autosuficiencia alimentaria y la soberanía económica, sin caer en el aislamiento, desde luego, pero zafándonos de la dependencia impuesta, que los vendepatria fomentan, pretendiendo que los aplaudamos.
No podemos hacernos ilusiones, no obstante, pues la insistencia en entregarles la soberanía a los grandes potentados extranjeros a través de los TLC, conllevará que sean las trasnacionales las que planeen nuestro desarrollo económico en función de su beneficio y en detrimento del nuestro, desde luego.
Los inversionistas extranjeros serán quienes resuelvan si conservamos nuestros páramos, nuestros bosques, nuestra fauna asociada, nuestras aguas, nuestro oro y todas las demás riquezas que aún no se han llevado, a pesar de la intensidad del saqueo. Realmente hemos sido un país rico, pero estamos a punto de dejar de serlo, gracias a nuestros tecnócratas, ¡tan economistas! Por desgracia, es incondicional el compromiso de Santos y su gente con esas amenazas a nuestra soberanía y al patrimonio común. Carecen de cualquier independencia que lo impida.
Si el Imperio insiste en sus doctrinas y atentados a la vida, todos los vendepatrias le harán caso. No piensan, no reflexionan, no valoran, no consideran el bien común ni el de la patria. Simplemente obedecen y se pavonean por saber tanto.
Por tanto, es indispensable “Estimular una sociedad civil vibrante y motivada por el cuidado a lo público”, que es parte de los “9 Desafíos en la Lucha contra la Corrupción” propuestos por Transparencia por Colombia. A tono con ello, es indispensable pedirles cuentas a los vendepatria, tan alegres porque la Inversión Extranjera en minería indica que la ruina es inminente y nuestro paraíso pronto será un desierto.
A cambio, los vendepatria recibirán su tajadita que, aunque pequeña respecto al saqueo, es suficiente para sacarlos de su miseria económica, confirmando su vileza moral. Si logran complementarla con una visa a USA, su satisfacción será completa, pues podrán disfrutar los frutos de su traición a la patria lejos del erial en que quedará convertida.
El aporte político de Uribe
Si el Imperio insiste en sus doctrinas y atentados a la vida, todos los vendepatrias le harán caso. No piensan, no reflexionan, no valoran, no consideran el bien común ni el de la patria. Simplemente obedecen y se pavonean por saber tanto.
Por tanto, es indispensable “Estimular una sociedad civil vibrante y motivada por el cuidado a lo público”, que es parte de los “9 Desafíos en la Lucha contra la Corrupción” propuestos por Transparencia por Colombia. A tono con ello, es indispensable pedirles cuentas a los vendepatria, tan alegres porque la Inversión Extranjera en minería indica que la ruina es inminente y nuestro paraíso pronto será un desierto.
A cambio, los vendepatria recibirán su tajadita que, aunque pequeña respecto al saqueo, es suficiente para sacarlos de su miseria económica, confirmando su vileza moral. Si logran complementarla con una visa a USA, su satisfacción será completa, pues podrán disfrutar los frutos de su traición a la patria lejos del erial en que quedará convertida.
El aporte político de Uribe
Retomando la Historia, Alvarito vivió de niño la dictadura rojista, tanto como la despiadada “Violencia” de los 1950 que le encargaron remediar al general boyacense, Gustavo Rojas Pinilla, abuelo del actual alcalde de Bogotá.
En consecuencia, conoce el trato que este “libertador providencial” recibió de la oligarquía después de sacarle lo poco que podía dar. A Uribe le está sucediendo lo mismo. Por fortuna, precavidamente supo construirse una clientela política propia que lo adora y está dispuesta a seguirlo en lo que sea, por lo menos mientras no conozcan al verdadero gurú, tan megalómano, traidor y prevaricador; tan dictatorial y reñido con la ley y la justicia.
Su gran logro fue seducir, someter y traicionar a los paramilitares, y subyugar a los parapolíticos, que le creyeron porque lo conocían y sabían de sus andanzas y las de su familia. El propósito era quitarles sus arandelas políticas, que amenazaban la hegemonía de la oligarquía criolla tradicional mucho más que los mismos subversivos.
La disputa por el poder explica la jugada, y da cuenta de la calidad de esas oligarquías que terminaron manipulando a Uribe a su gusto, con sutileza magistral, para recuperar el poder que ya no van a soltar, como lo comprobarán pronto los incondicionales del gurú. La jugada ha sido tan astuta, que el mismo Uribe se puso la horca en su cuello, y no tiene manera de azuzar a sus huestes, aunque es claro que su poder está amenazado y difícilmente recuperará algo del que va perdiendo aceleradamente.
No hay manera de reclamarlo, pues abiertamente nadie lo está amenazando. Al fin y al cabo, logró poner su ficha más confiable a remplazarlo. Pero sabe que sus vilezas personales y su desprecio a la legalidad sólo se los garantizaría el clon Arias, que tanto se le parece, con quien comparte origen y al que, por ende, entiende.
Ambos son igual de ordinarios, ambiciosos y limitados intelectualmente. No entienden pero imponen. Violencias diversas, mentiras constantes, sobornos a la medida y amenazas a granel contra todo lo que los perjudica, suelen ser sus únicos argumentos, tan contundentes como torpes.
La insistencia en cerrarles las puertas de los socios naturales de Ecuador y Venezuela a los empresarios colombianos, no es más que otra demostración de su arbitrariedad y su pequeñez. Mientras Santos ha logrado suavizar la actitud de los gobernantes de los países hermanos, los furibistas se enfurecen..
Los aristócratas santafereños les producen desazón; y no saben cómo neutralizarlos. Su ambición secreta es ser como ellos, pero su origen social lo impide; les hace imposible entenderlos y evaluar sus intenciones ocultas. No obstante, logran sospechar que los van a traicionar, pues “a todo marrano le llega su nochebuena”.
Pero no alcanzan a desarrollar una estrategia de defensa, a pesar de contar con la asistencia incondicional del primo José Obdulio, también tan ajeno a esas delicadezas, sutilezas y refinamientos, como corresponde a su naturaleza primaria. Oportuna y magistralmente, a Uribe y sus hordas les irá cerrando el nudo su traidor de cabecera, Juan Manuel Santos, tan ajeno a sus orígenes y sus gustos ¡Qué cuña!
Desde luego, su propio derrumbe también lo va a comprobar el mismo gurú, ya sin teflón y bastante enculebrado con la justicia, como tantos de su círculo familiar e íntimo, incluyendo sus vástagos, su esposa, su suegro y sus cuñados, todos ellos “empresarios”. Santos lo dejará tuerto, pues Uribe tampoco es tan bobo y desavisado como para dejarse arrancar los dos ojos, a no ser que Gaviria le arranque el otro por la espalda. Su ejercicio del poder estuvo alejado de la normatividad vigente, y no tiene forma de negarlo ante jueces imparciales.
Para acabar de ajustar, los HH, Alemán, Don Berna, Báez, Mancuso; todos los “paracos” resentidos con el traidor, son gente que no aguanta bromas.
No son tontos ni mansos, de modo que no van a resignarse a ser los únicos que paguen por los 40 años que tanto les han dolido a los criollos mandamases.
Pronto les creerán sus versiones, que tanto enlodan al gurú, a su hermano Santiago, a su primo paterno Mario Uribe Escobar, a sus primos maternos, hermanos de José Obdulio Gaviria Vélez (primos, a su vez, del capo pablo Emilio Escobar Gaviria) tanto como al mismo José Obdulio, y a un largo etcétera que la justicia irá develándonos a medida que funcione y se desprenda del terror que les ha inspirado el furibismo a los jueces inermes y timoratos, o, simplemente, prudentes y pacientes.
Como si no fuese suficiente, el Fiscal que los juzgará no será una ficha incondicional de Uribe sino de Santos, pues la Corte Suprema de Justicia ha sido el único freno efectivo a la dictadura mafiosa y neoliberal.
Por eso se ha negado a nombrar a quienes Uribe le ha señalado, pues entiende que sería una forma de consagrar la impunidad de tantos criminales.
Y como los crímenes hay que pagarlos, tarde o temprano, Santos prefiere que el costo lo asuman los de la clase de Uribe en vez de los de la suya.
Además, la prisión en USA es una garantía para los capos de que no los matarán. Y con el cambio de gobierno, las amenazas a sus familiares por los esbirros oficiales, cesarán, pues son instrumentos del gobernante de turno, que es el que les da empleo, lo cual les garantiza ingresos adicionales a su salario y conservar sus prerrogativas. La humanidad está atenta. Y sólo se conformará cuando vea al Karzai colombiano siguiendo la ruta de los redentores réprobos, inaugurada por Pinochet gracias a la intervención del juez español Baltasar Garzón.
¿Será moñona o jaque mate?
El regreso de los prestantes
Los aristócratas santafereños les producen desazón; y no saben cómo neutralizarlos. Su ambición secreta es ser como ellos, pero su origen social lo impide; les hace imposible entenderlos y evaluar sus intenciones ocultas. No obstante, logran sospechar que los van a traicionar, pues “a todo marrano le llega su nochebuena”.
Pero no alcanzan a desarrollar una estrategia de defensa, a pesar de contar con la asistencia incondicional del primo José Obdulio, también tan ajeno a esas delicadezas, sutilezas y refinamientos, como corresponde a su naturaleza primaria. Oportuna y magistralmente, a Uribe y sus hordas les irá cerrando el nudo su traidor de cabecera, Juan Manuel Santos, tan ajeno a sus orígenes y sus gustos ¡Qué cuña!
Desde luego, su propio derrumbe también lo va a comprobar el mismo gurú, ya sin teflón y bastante enculebrado con la justicia, como tantos de su círculo familiar e íntimo, incluyendo sus vástagos, su esposa, su suegro y sus cuñados, todos ellos “empresarios”. Santos lo dejará tuerto, pues Uribe tampoco es tan bobo y desavisado como para dejarse arrancar los dos ojos, a no ser que Gaviria le arranque el otro por la espalda. Su ejercicio del poder estuvo alejado de la normatividad vigente, y no tiene forma de negarlo ante jueces imparciales.
Para acabar de ajustar, los HH, Alemán, Don Berna, Báez, Mancuso; todos los “paracos” resentidos con el traidor, son gente que no aguanta bromas.
No son tontos ni mansos, de modo que no van a resignarse a ser los únicos que paguen por los 40 años que tanto les han dolido a los criollos mandamases.
Pronto les creerán sus versiones, que tanto enlodan al gurú, a su hermano Santiago, a su primo paterno Mario Uribe Escobar, a sus primos maternos, hermanos de José Obdulio Gaviria Vélez (primos, a su vez, del capo pablo Emilio Escobar Gaviria) tanto como al mismo José Obdulio, y a un largo etcétera que la justicia irá develándonos a medida que funcione y se desprenda del terror que les ha inspirado el furibismo a los jueces inermes y timoratos, o, simplemente, prudentes y pacientes.
Como si no fuese suficiente, el Fiscal que los juzgará no será una ficha incondicional de Uribe sino de Santos, pues la Corte Suprema de Justicia ha sido el único freno efectivo a la dictadura mafiosa y neoliberal.
Por eso se ha negado a nombrar a quienes Uribe le ha señalado, pues entiende que sería una forma de consagrar la impunidad de tantos criminales.
Y como los crímenes hay que pagarlos, tarde o temprano, Santos prefiere que el costo lo asuman los de la clase de Uribe en vez de los de la suya.
Además, la prisión en USA es una garantía para los capos de que no los matarán. Y con el cambio de gobierno, las amenazas a sus familiares por los esbirros oficiales, cesarán, pues son instrumentos del gobernante de turno, que es el que les da empleo, lo cual les garantiza ingresos adicionales a su salario y conservar sus prerrogativas. La humanidad está atenta. Y sólo se conformará cuando vea al Karzai colombiano siguiendo la ruta de los redentores réprobos, inaugurada por Pinochet gracias a la intervención del juez español Baltasar Garzón.
¿Será moñona o jaque mate?
El regreso de los prestantes
La vigencia de la república mafiosa debió acongojar los espíritus de Eduardo Santos y de su hermano Enrique, el famoso “Calibán”, abuelo de Manolito.
Pero ya deben estar tranquilos, desde el 20 de junio, pues Alvarito perdió todo su poder, y pronto estará pisando los tribunales, como reo y no como verdugo de los jueces y magistrados.
Mientras tanto, el destacado periodista, tradicional defensor de las ideas liberales, no perderá tiempo para reivindicar la memoria de sus ilustres antepasados, prez, orgullo y faro de las oligarquías criollas.
Entre ellos se cuenta nada menos que una heroína de la Independencia, Antonia Santos, a quien Juan Manuel homenajeó poniéndole ese nombre a su única hija, María Antonia, hermana de Esteban y Martín.
Naturalmente, reivindicar su origen y su posición secularmente dominante es lo que está haciendo Juan Manuel Santos, después de haberse metido al seno de la república mafiosa y neoliberal, y salir triunfante. Ya elegido, no le importa ofenderlos, aunque sigue siendo prudente.
Así lo han percibido los furibistas más agudos, aterrados con los contactos europeos de Santos; en particular, los tiene en ascuas su entrevista con Baltasar Garzón, el juez español que le amargó la existencia al traidor Augusto Pinochet.
Logró meterse en esas letrinas como pez al agua, pues es anfibio y mucho más preparado que los ineptos mosqueteros de Uribe, incapaces de manejar un mosquete, pero hábiles con el puñal de los canallas.
El dilecto presidente tiene la obligación –con su clase social esperanzada, que lo admira, respeta, quiere y apoya- de depurar las instituciones, copadas por tantos bandidos ajenos a la dictadura de clases impuesta por los criollos desde hace 200 años.
Su origen le exige reivindicar los principios doctrinarios del liberalismo filosófico, que tienen en la casa Santos sus más reconocidos difusores y defensores en Colombia. Nobleza obliga. Por eso, lo que estamos presenciando es un acto de alta política, que merece admiración, tras 40 años de aspiraciones y crímenes del narcotráfico de derecha por hacerse al poder político.
La ambición se les despertó luego de haber amasado fortunas que los tradicionales gobernantes vendepatria, acostumbrados a migajas y comisiones de los amos extranjeros, jamás soñaron que fuesen posibles. Sólo tenían parangón en los cuentos de Las Mil y una Noches.
Ningún actor en Colombia odia más a las clases emergentes que aquellos a quienes han humillado, bombardeado, asesinado, secuestrado, desplazado, expropiado y vilipendiado desde que surgió la bonanza marimbera, auténtico debut histórico de los delincuentes de las clases emergentes.
Para entonces, éstos se sentían suficientemente entrenados y alentados con las proezas de los esmeralderos ilegales y su gran padrino, el legendario “rey de las esmeraldas”, Víctor Carranza, todavía guerreando invicto.
Y recibieron el espaldarazo definitivo con el secuestro de Martha Nieves Ochoa por el espectacular M-19, pues le sirvió de pretexto a su padre, el gran padrino, para crear el MAS (Muerte a secuestradores)
Esos enemigos jurados de los parapolíticos son las oligarquías tradicionales que hoy, a punta de paciencia, perfidia y astucia, lograron recuperar el poder de esas manos criminales, sin que cayeran en cuenta y sin disparar un solo tiro ¡Qué lección!
¡Ladrón que roba a ladrón tiene mil años de perdón!, y los aplausos de la galería, que es tan veleidosa, como lo comprobarán pronto los furibistas.
Naturalmente, la astucia de Santos le aconseja conservar la máscara. Puede actuar con toda discreción, como cuando presionó a sus amigos de la SIP para que le insistiesen a Uribe que desistiese de su tercer mandato consecutivo. Para nada perdió la estima de las bases furibistas, tan fanáticas y elementales.
Ahora tampoco necesita alborotarlas. Es más, ni siquiera la venal justicia interna tiene que exponerse a esas hordas irracionales.
Basta manejar bien los hilos con la Corte Penal Internacional, que desde hace años está escandalizada con los atropellos de la república mafiosa y neoliberal.
Es consciente de que, con Álvaro Uribe Vélez, alcanzó su mayor altura, de modo que sería imperdonable e inexplicable que se abstuviese de juzgar a sus protagonistas. Y, entre éstos, el gurú es un icono.
El Fiscal Luis Moreno Ocampo sigue esperándolos. Es un asunto de prestigio y de defensa de los más sagrados valores conquistados por la civilización humana.
Para entonces, éstos se sentían suficientemente entrenados y alentados con las proezas de los esmeralderos ilegales y su gran padrino, el legendario “rey de las esmeraldas”, Víctor Carranza, todavía guerreando invicto.
Y recibieron el espaldarazo definitivo con el secuestro de Martha Nieves Ochoa por el espectacular M-19, pues le sirvió de pretexto a su padre, el gran padrino, para crear el MAS (Muerte a secuestradores)
Esos enemigos jurados de los parapolíticos son las oligarquías tradicionales que hoy, a punta de paciencia, perfidia y astucia, lograron recuperar el poder de esas manos criminales, sin que cayeran en cuenta y sin disparar un solo tiro ¡Qué lección!
¡Ladrón que roba a ladrón tiene mil años de perdón!, y los aplausos de la galería, que es tan veleidosa, como lo comprobarán pronto los furibistas.
Naturalmente, la astucia de Santos le aconseja conservar la máscara. Puede actuar con toda discreción, como cuando presionó a sus amigos de la SIP para que le insistiesen a Uribe que desistiese de su tercer mandato consecutivo. Para nada perdió la estima de las bases furibistas, tan fanáticas y elementales.
Ahora tampoco necesita alborotarlas. Es más, ni siquiera la venal justicia interna tiene que exponerse a esas hordas irracionales.
Basta manejar bien los hilos con la Corte Penal Internacional, que desde hace años está escandalizada con los atropellos de la república mafiosa y neoliberal.
Es consciente de que, con Álvaro Uribe Vélez, alcanzó su mayor altura, de modo que sería imperdonable e inexplicable que se abstuviese de juzgar a sus protagonistas. Y, entre éstos, el gurú es un icono.
El Fiscal Luis Moreno Ocampo sigue esperándolos. Es un asunto de prestigio y de defensa de los más sagrados valores conquistados por la civilización humana.
Se opone a las conspiraciones de la derecha internacional que, mediante los falangistas españoles todavía impunes, pretendió descalificar al juez Garzón y sigue intentando crear un eje reaccionario y criminal aprovechando las vilezas de los gobernantes vendepatria.
Es la oportunidad para la humanidad decente de zafarse de la tutela de los criminales que actúan como gobernantes.
Es la oportunidad para la humanidad decente de zafarse de la tutela de los criminales que actúan como gobernantes.
Por eso, el ostracismo del régimen de Honduras y el rechazo a la invasión usana a siete bases colombianas, deben seguir a la orden del día, tanto como la denuncia de regímenes viles como el de Preval en Haití, hasta derrotarlos y castigarlos.
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