jueves, 9 de septiembre de 2010

Cuidado con la Orinoquia

Gabriel Rosas Vega
08-04-10


No se trata sólo de darle un título a la nota. Se trata de llamar la atención sobre una región y los temas asociados con ella, dado que con fuerza se marcan en el panorama de la nación y, sin duda, ejercerán enorme influencia en el inmediato futuro. Sin tropicalismos, es perfectamente válido decir que el porvenir de los colombianos está virtualmente atado a lo que se haga o se deje de hacer en esa zona del país conocida como la Orinoquia.

Tal como lo anota un interesante trabajo preparado por el profesor Juan Benavides de la Universidad de los Andes, la Orinoquia es una vasta región que cubre un tercio del territorio nacional y ofrece grandes oportunidades en tres frentes vitales para el desarrollo, pero por hallarse en una etapa de transformación económica, social y ecológica sin precedentes, puede convertirse en factor decisivo de avance o en el más perjudicial de los ingredientes del proceso de cambio que tanto anhela y requiere la nación.

El simple hecho de que la región albergue un mosaico con 156 tipos de ecosistemas, ofrezca una diversidad cultural sociológica interdependiente, se considere como un gran espacio de oportunidades económicas en sectores como el agropecuario, el de hidrocarburos y minería, y el de servicios ambientales, pone de manifiesto la importancia y la trascendencia que de cara al futuro representa.

Con todo, las distintas visiones que se tienen sobre ella, el grado muy amplio de incertidumbre que existe sobre el resultado de transformación en curso, en particular en lo que toca con el funcionamiento de sus sistemas ecológicos y sociales en escenarios de cambio global, ponen un signo de interrogación sobre la realidad de las ventajas. Si bien existen condiciones propicias para el desarrollo, no todo está a la mano, sobre todo si se tienen en cuenta la debilidad institucional que caracteriza la zona y la carencia de un acuerdo social sobre lo que debe ser su futuro.

Justamente, buscando ese norte, Fedesarrollo -esta vez bajo la batuta de Jorge H. Botero- y la CAF promovieron la elaboración del estudio citado para estimular el debate con los candidatos a la Presidencia y procurar un compromiso político consciente y serio de ellos con la causa, que no puede limitarse al orden regional, sino debe cubrir el ancho mapa del país.


Poniendo las consideraciones ambientales -imposible de ignorar- en el contexto más general del desarrollo, el estudio soporta la tesis de que la innovación y las prácticas productivas sostenibles en la Orinoquia sólo podrán implantarse consolidando el imperio de la ley y construyendo instituciones. Estas condiciones permiten acordar un estilo de desarrollo y ocupación, de acuerdo con la evolución de indicadores de sostenibilidad y entendimiento del funcionamiento de los ecosistemas.


La región, señala, debe lograr la cohesión mediante nuevas modalidades de coordinación territorial; usar mejor los factores de producción y los servicios de los ecosistemas naturales y transformar las rentas de recursos no renovables en capital productivo.
Grandes son los esfuerzos que el país debe desplegar en orden a trazarle un rumbo cierto al desarrollo, en particular tratando de sacarle el mayor provecho a las escasas oportunidades. Por eso, partiendo de la presentación y el análisis del trabajo citado, evento que se realizará en Cali, la tarea de defensa permanente de la Orinoquia para quienes queremos que Colombia salga del atraso y de la pobreza, es un imperativo.

rosgo12@hotmail.com Gabriel Rosas Vega



No hay comentarios:

Publicar un comentario