jueves, 9 de septiembre de 2010

Oferta hidrica y calidad del agua de la Orinoquia

Abelardo Prada Matiz
Ingeniero Químico PhD.
Profesor Unillanos.




1. Oferta hidrica
Para analizar la magnitud de la oferta hídrica en los niveles regional y nacional, el punto de partida es el volumen de agua disponible por persona en unidad de tiempo (año, segundo) y área ( km2) y el porcentaje de uso. Estas cifras, a las que ya se hizo mención, son, en todos los casos, ampliamente favorables para la región y el país. Los datos adquieren un significado especial si se comparara la oferta nacional con la de países como los del Medio Oriente que no alcanzan los 1000 m3 por persona al año. Colombia no llega a los 109000 m3 de los que dispone El Canadá, pero si a 59000 m3 que la ubican en un importante lugar a nivel mundial.

De otro lado, el porcentaje de uso del agua, que en Colombia sólo llega al 0,5%, al mismo nivel de Brasil, Venezuela, permite visualizar posibilidades de disponer de considerables cantidades de agua, de aceptable calidad o de bajos costos de adecuación, para diferentes usos, hecho de vital en la actualidad que contrasta con situaciones de países como España, Polonia, que han agotado, en la práctica, sus reservas de agua, dificultándoseles, de manera especial, el desarrollo futuro en todos los niveles.

Sin embargo, el hecho en sí, de poseer una elevada oferta hídrica no garantiza que los usuarios gocen de una dotación suficiente, pues ésta está relacionada, en primera instancia, con la distribución en el tiempo y en el espacio, con los niveles de contaminación natural o artificial en dependencia del uso que se le vaya a dar o se le haya dado al recurso, pero también con los requerimientos del usuario, niveles y tipo de captación.

Es conocido que en la Orinoquia existen dos temporadas en el transcurso del año - la de intensas lluvias, denominada invierno y la de escasas precipitaciones, denominada verano. En el invierno (cerca de 9 meses) los rendimientos se acercan a los valores máximos (70 l/s/km2), pero en el verano, los caudales pueden aproximarse, en algunas zonas, a los valores mínimos (2,0 l/s/km2), mientras que el promedio, ya citado, es del orden de 52. l/s/km2 De estos datos, se nota que en la mayor parte del año la Orinoquia maneja caudales próximos a los valores máximos, hecho de gran importancia, sin embargo hay factores, a tener en cuenta, relacionados con esta situación, a saber :

la distribución del agua no es uniforme en la geografía regional en el período de invierno, puesto que los afluentes, tributantes de los ríos Meta y Guayabero, no se distribuyen de manera regular entre ellos, por el contrario se encuentran zonas con una oferta excesiva que lleva a inundaciones y otras que pueden sufrir de escasez relativa y absoluta.

Las lluvias tampoco se distribuyen de manera regular a lo largo del invierno, hay picos que tienden a los máximos en marzo, abril, junio y octubre - noviembre, mientras que en los otros meses las precipitaciones pueden estar por debajo o cerca del promedio.

Las vertientes de la Orinoquia colombiana se nutren de las fuentes de la cordillera Oriental, esta última ampliamente intervenida por sistemas productivos, asentamientos humanos y vías de acceso que desmejoran ostensiblemente su calidad y limita el uso en diferente tipo de procesos.

De lo expuesto, se deriva como gran preocupación la existencia de zonas y temporadas, en la región, en las que los rendimientos hídricos sean del orden de 2,0 l/s/km2, dato similar al de la Guajira ( 1,0 l/s/km2) de reconocido déficit hídrico en el país. Este hecho induce a la necesidad de un manejo adecuado y responsable del recurso agua en la Orinoquia.

2. Calidad del agua . Las consideraciones anteriores ponen en evidencia que la oferta hídrica de la Orinoquia está ampliamente intervenida por la distribución en el tiempo y en el espacio, pero también por la contaminación que las aguas naturales adquieren al ser involucradas en diversas actividades antrópicas en la región propiamente dicha, como en la cordillera Oriental que conforma las cuencas altas de los afluentes de la vertiente del Orinoco. Estudios de caracterización de aguas superficiales de la región muestran como las aguas al ser sometidas a procesos de producción, consumo y uso humano alcanzan niveles altos de materia orgánica, sólidos totales, suspendidos y sedimentables, fosfatos, nitratos y de coliformes fecales que no sólo encarecen la adecuación para el posible reuso, sino que las convierten, en ciertos casos, en aguas no aptas para la vida de especies propias de la región.
Los procesos que generan los niveles de contaminación de las aguas en la Orinoquia, en particular en el Piedemonte llanero, están directamente relacionados con los sistemas de producción, los modelos urbanísticos,- los modelos de consumo y aspectos político-culturales que hacen presencia en la región.

2.1. En la Orinoquia, como en el país y en el planeta, predominan los sistemas abiertos de producción, cuya actividad básica radica en la obtención de un producto determinado (principal) para satisfacer necesidades concretas, pero que no en el uso, disposición y manejo de los desechos, subproductos, residuos, por tanto con frecuencia y facilidad éstos se arrojan al entorno cercano, causando impactos de desconocida magnitud. Por eso es común encontrar "montañas" de cascarilla de arroz, desechos de palma africana, aserrín, estiércol, lodos, etc., en razón que la preocupación de entidades y personas es " luchar" por un "mejor producto comercializable" sin consideraciones reales por las consecuencias ambientales post-producción.

2.2.. Los modelos urbanísticos, generadores de contaminación del agua, tienen relación con la necesidad que tiene el hombre de disponer de espacio para protegerse y reponer fuerzas luego de las jornadas de producción, por una parte y con la explosión demográfica, , por la otra.
En primera instancia, el problema radica, en que el espacio se ocupa sin tener en cuenta las características del medio circundante y se recurre a modelos diseñados para otros ambientes, sin el análisis que el hecho amerita. Por esta razón, en Colombia y en la Orinoquia, como en la mayoría de países tropicales, no se ha consolidado una arquitectura propia que se fundamente en el conocimiento de la realidad y aportes locales en la materia. Por tanto, se recurre a la "transferencia" de modelos, que han llevado al inadecuado manejo del espacio público, del agua, suelo, la construcción de instalaciones innecesarias, la deficiente e inadecuada disposición de desechos sólidos y líquidos.
De otro lado, el ritmo de crecimiento de la población genera preocupación, en razón, que al comienzo de la Era Cristiana la población del planeta era del orden de 250 millones y 1833 años después - llegó a los 1000 millones, pero 150 años mas tarde, en 1975, la cifra se acercó a 4000 millones. y en 1993 la población se aproximó a 5000 millones. Lo que muestra que para lograr un incremento de 1000 millones en la población mundial se requiere, en la actualidad, cerca de 20 años, mientras que en el pasado fueron necesarios mas de 1800.
En la Orinoquia en lo relacionado con el crecimiento poblacional se descubren tendencias particulares: la tasa de natalidad, para los habitantes asentados en la región, es menor que la tasa de mortalidad, Por tanto, la población de la región tiende a decrecer y el crecimiento se debe dar y se ha dado, por factores exógenos, como el desplazamiento de personas de otras zonas, atraídas por diferentes fenómenos que como el de explotación de hidrocarburos, trajo el crecimiento de la población, a tasas, excesivas y altas, en ciudades como Yopal, Arauca, etc., sin que estuvieran preparadas para este evento, pues, la industria petrolera no pudo atender todas las solicitudes de empleo, por tanto, una parte considerable de los inmigrantes, se quedó en la región, lo que generó problemas sociales y ambientales, característicos para este tipo de situaciones . El ejemplo de Yopal es, sin lugar a dudas, el mas claro. En los últimos 10 años la capital casanareña pasó de 40000 a 80000 habitantes, es evidente que las autoridades locales no pudieron adecuar ni la vivienda, ni los servicios públicos, ni educativos, ni la oferta de alternativas de empleo para responder a esta nueva demanda. Las consecuencias inmediatas no se hicieron esperar: el encarecimiento del costo de vida, de la finca raíz, los arriendos, la presencia masiva de trabajadores informales, la saturación de planteles educativos y de salud, la aparición y crecimiento de cinturones de pobreza, la delincuencia, con los problemas sociales y ambientales que este tipo de situaciones causan., etc. Pero hay algo que es necesario resaltar, en razón que no siempre se tiene en cuenta: Yopal pasó de 20 a 40 toneladas de basura y de 10 a 20 toneladas de excretas humanas al día , lo que ha generado problemas sanitarios y de contaminación, en particular de fuentes hídricas, que hasta la presente no se ha entrado ni a evaluar, ni mucho menos, a solucionar de manera definitiva.

Situación similar podría presentarse con la producción de aceite de palma (la producción acuícola, producción de arroz, agroindustria, alimentos), importante en el momento y con tendencia a incrementarse en la región, que ha llevado a elevar las áreas intervenidas por este cultivo, a la generación de beneficios sociales y económicos como la creación de empleo, valor agregado, diversificación y potencialidades de obtención de nuevos productos, etc., pero también, a la presencia de problemas ambientales como el mayor uso y contaminación del recurso hídrico, destrucción del paisaje local, introducción de enfermedades como consecuencia del monocultivo, etc. que han originado impactos de difícil, pero necesaria evaluación y aún mas - solución.
Pero la presión sobre el agua no sólo puede originarse, en el futuro, por razones de la ampliación de las fronteras de producción, como en los casos citados, esta se puede causar por eventos como la violencia, generadora de desplazamientos humanos, la construcción de nuevas vías de acceso, la aparición de nuevas tendencias lúdico-productivas y lúdico-turísticas, etc., en la región.


2.3. Modelos de consumo. El agua como recurso agotable renovable requiere que la tasa de consumo no supere su tasa de renovación natural. En general, podría decirse que esta regla se cumple en la región, en razón que el porcentaje de uso del líquido es aun relativamente bajo. Sin embargo, a nivel puntual, cada vez mayor número de fuentes se ven intervenidas sin que se tenga en cuenta sus posibilidades de renovación. Los patrones de uso que la comunidad maneja, en particular en zonas de abundancia, llevan a consumos excesivos tanto en lo productivo como en el nivel doméstico (comunal), que a la vez se convierten en grandes cantidades de aguas servidas desechadas, de difícil recuperación. Se parte de la consideración que la actividad en la que determinada comunidad, persona o empresa está involucrada es una actividad que genera “bajos niveles de contaminación” y por tanto, no se requiere ni de estudios, ni análisis serios que lleven a soluciones perdurables y benéficas para la región. De ahí , que el manejo que en la región se le da al agua genere impactos de características, con mayor frecuencia, irreversibles.

2.4 Los aspectos político-culturales, tienen que ver con lo sienten, creen, viven, transmiten los seres humanos y las decisiones que toman. que inciden en el estado y nivel de aprovechamiento y en el manejo del recurso agua.


En los últimos 450, la "era del gran auge" la explotación de los recursos naturales se ha hecho desde una posición antropocéntrica,, en la que el hombre cuenta con toda la permisividad social para sojuzgar la Naturaleza, el es el amo y señor.


De otra parte, los países del Norte han desarrollado modelos de consumo que no sólo han implementado dentro de sus contextos nacionales, sino que los han trasladado sin contar con las condiciones propias de cada región. Este tipo de transferencia no sólo no ha logrado solucionar los problemas sociales que golpean a Humanidad, ni " cerrar la brecha", que tantas veces se ha propuesto como objetivo básico, por el contrario los ha incrementado, además, ha generado un elevado número de desbalances ambientales en los países del Sur, en razón que las decisiones que, tradicionalmente, se toman en organismos internacionales no sólo no consultan los derechos de los países en desarrollo, sino que al no tener en cuenta su especifidad, generan graves problemas de deterioro ambiental. De ahí la necesidad de un nuevo ordenamiento internacional en el que las relaciones se den en niveles de respeto mutuo, en beneficio de la Naturaleza y habitantes de los países de tercer mundo.

Otro aspecto importante de tener en cuenta, dentro de este grupo, es el fetichismo que la sociedad ha desarrollado, por lo "técnico", que ha llevado a mostrar una ferviente deseo de sustituir la biosfera por la tecnosfera, utilizando métodos completamente incompatibles y aniquiladores de todo lo vivo. Algo similar sucede con el lucro que “justifica” todos lo desmanes de la sociedad y personas “civilizadas” .

En resumen, es obvio que los sistemas productivos, los modelos urbanísticos y de consumo ejercen influencia conjunta y definitiva en la generación de contaminación del recurso agua, sin embargo en todos estos procesos está inmerso el ser humano, con su formación, creencias, costumbres, arraigos, en dependencia de su nivel educativo, lugar de origen, convicciones políticas, ancestrales, religiosas, paradigmas de desarrollo, etc. En definitiva es el hombre el que interviene ya sea directamente o por intermedio de las decisiones que tome, al recurso agua. Por tanto reconocer que el actúa de conformidad con patrones, cultivados por el mismo o, que al carecer de ellos, utiliza otros, en muchas ocasiones sin analizar lo adecuados que puedan ser para el medio que lo rodea. Esta situación es altamente nociva para comunidades que como las de la Orinoquia no han establecido a plenitud los fundamentos de su cultura, en general y en particular en la relación hombre- recurso agua, por tanto con relativa facilidad pasan de una conducta a otra sin evaluar las consecuencias de el cambio de hábitos en el consumo, manejo, conservación del recurso.


Si se parte de la convicción que en toda sociedad, comunidad o familia se generan unos patrones de conducta que hacen que los seres humanos tengan una u otra relación con el ambiente, en general y con el agua en particular, en razón que ésta está presente en la mayoría de las actividades del hombre y que estos patrones se transmiten o pueden transmitirse de generación en generación, es importante acercarse a esos patrones para desde ellos descubrir los fundamentos sobre los cuales habrá de construir esa nueva interacción entre el hombre y el agua que permita en la Orinoquia conjugar aprovechamiento y conservación .


De ahí la importancia que al rededor del aprovechamiento y conservación del recurso hídrico en la región se tomen decisiones políticas que lleven a darle el uso, manejo mas adecuado posible, que permitan su conservación como recurso estratégico, por intermedio de la generación de una cultura lo mas armónica posible entre la sociedad, la naturaleza y el recuso agua en la Orinoquia.


Para lograr generar esa nueva cultura del agua en la región se requiere partir del hecho que no hay problemas de contaminación de agua “puros” ni aislados, sino que por el contrario, es normal encontrarse con problemas con múltiples orígenes, producto no sólo de la influencia de los factores de un componente dado, sino de las interacciones entre dos o mas componentes, por tanto es necesario analizarlos de manera integral.


En la actualidad, dada la manera como el hombre explota el medio, es común encontrar, cada vez con mayor frecuencia, problemas ocasionados por las interaciones entre varios o todos los componentes del problema de contaminación del agua, esto es problemas en lo que confluyen lo productivo, lo urbanístico, el consumo y lo político-cultural, construyéndose una pirámide envolvente que hacen muy complejos el análisis y aún mas, encontrar la solución. a determinado problema.


A pesar de lo anterior, es posible todavía contactar con situaciones en la que la intervención del hombre no ha llevado al microambiente analizado a condiciones de amplio y profundo deterioro. Este tipo de situaciones pueden ser comunes en el sector rural o en zonas apartadas, en las que recuperar o frenar el deterioro es una tarea relativamente sencilla y, lo mas importante, puede adelantarse con base en un trabajo en el que la comunidad en general y en particular las nuevas generaciones, participen con éxito.


La Orinoquia como una zona de características especiales, debe definir sus conveniencias en el consumo, conservación, recuperación y aprovechamiento del agua, que deben fundamentarse en experiencias positivas propias y de otras regiones y países que lleven al manejo racional del uso del recurso en la región.

No hay comentarios:

Publicar un comentario