jueves, 9 de septiembre de 2010

La tierra del Meta en manos ajenas
Emilio García Gutiérrez
Enero de 2010


Los jefes paramilitares extraditados, que negociaron su desmovilización, se indignaron al verse recluidos en celdas de alta seguridad y resolvieron administrar sus versiones como ventiladores que encendían o apagaban para controlar la acción de la justicia, al escoger u ocultar a voluntad a quienes señalaron como socios y beneficiarios de su guerra. La Corte Suprema de Justicia, presionada por la opinión pública para dar resultados rápidos y sin capacidad real para investigar complicidades, cayó en la trampa de los ventiladores manejados a control remoto. Los falsos positivos de la justicia manipulada desde las cárceles son la venganza de los extraditados por la traición de la clase política, que después de usarlos los dejó por fuera del reparto del botín de los vencedores contra las guerrillas.
Pero el gran botín de la tierra usurpada a los campesinos desplazados, verdaderos perdedores de la guerra, está todavía en manos de los testaferros de los jefes paramilitares, protegido por las bandas emergentes y la ineficiencia de la justicia y el Gobierno para recuperarlas. Ese botín de las tierras robadas se ha valorizado todavía más con la recuperación de la seguridad en las principales vías y el auge de los biocombustibles en la Región del Rio Meta y en el Bajo Ariari (la palma aceitera y la caña) y el petróleo, y su defensa está produciendo la bonanza de los abogados y jueces venales, de notarios, registradores y funcionarios corruptos del Incoder, que legalizaron el despojo de tierras y encubrieron el robo con apariencias de legalidad.

Para finales del 2009 se puede sostener que la situación en algunas regiones del país ha variado poco, y en otras ha empeorado, como en los Llanos Orientales, en particular en el Meta, Guaviare y Casanare, en donde el Ejército Revolucionario Anticomunista de Colombia, ERPAC, al mando de Pedro Oliverio Guerrero, alias Cuchillo, ha logrado reorganizar un ejército con cerca de 1300 hombres armados. De igual forma, la diversidad de fuentes sobre el fenómeno tampoco ha cambiado, y esta situación no permite hacer apreciaciones concluyentes. Sin embargo, es posible hacer estimaciones conservadoras y otras menos exigentes, con el propósito de visualizar el estado de este fenómeno ilegal armado.
La mejor estrategia que tiene el Gobierno nacional de salirse de la trampa es impulsar una Operación, que rescate la mejor tierra del secuestro al que está sometida en manos de viejos y nuevos terratenientes y la restituya al campesinado, demostrando que es el verdadero enemigo de los señores privados de la guerra y el defensor real de las víctimas más vulnerables, los campesinos, indígenas y afrocolombianos refugiados en los tugurios urbanos, camuflados como vendedores ambulantes o en las esquinas de Villavo .
Emilio García Gutiérrez

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