viernes, 10 de septiembre de 2010

Por qué no se puede competir

Por qué no se puede competir


Tomado de Por qué decirles NO al ALCA y al TLC
Enviado por Jorge Enrique Robledo Castillo
El país no pudo competir ni en su industria ni en su agro frente a las importaciones, así como tampoco logró aumentar lo exportado en proporciones suficientes para compensar las pérdidas, por las simples razones de que Estados Unidos y otros países producen más barato en muchos sectores y porque los productos de exportación en los que Colombia puede competir con posibilidades de éxito no tienen mercados de envergadura suficiente o se hallan saturados, lo que impide colocarlos o les desvaloriza los precios de venta. Y otras naciones producen a menores precios, no porque sean más inteligentes y mejores trabajadoras sino porque, desde hace décadas, en esas latitudes se han desarrollado políticas macro­económicas que les han permitido mayores niveles de acumulación de capital, mejores tecnologías y más altas productividades a sus productores, los cuales han contado desde siempre con tantos subsidios y respaldos con recursos oficiales, además de múltiples medidas de protección en fronteraa las importaciones que logran competirles y que consideran perniciosas para sus intereses, que no resulta exagerado decir que han sido llevados de la mano por sus Estados.


El caso del agro se conoce bastante. De acuerdo con un reciente estudio dirigido por Luis Jorge Garay para el Ministerio de Agriculturade Colombia, mientras el total de las transferencias oficiales de Estados Unidos a sus productores fue de 71.269 millones de dólares anuales en promedio entre 2000 y 2002, las de Colombia apenas llegaron a 1.142 millones de dólares: es decir, 62 veces menos, desproporción que lleva expresándose décadas, explicando sus altas productividades y menores costos, y que no va a reducirse porque entre otras razones ya el gobierno estadounidense, con la anuencia del colombiano, anunció que en las negociaciones del Alca y del TLC no podrán tocarse, e incluso ni mencionarse, las llamadas "ayudas internas" a su agro, que son las que explican los 54.977 millones de dólares de los aportes estatales. En palabras de Carlos Gustavo Cano, ministro de Agricultura de Colombia, "de los tres pilares de las negociaciones de libre comercio "el libre acceso a los mercados, la eliminación de los subsidios a las exportaciones y la supresión de las ayudas internas a los agricultores", sólo con respecto a los dos primeros podrían alcanzarse acuerdos" (Intervención ante el XXXII Congreso Agrario Nacional, noviembre 27 de 2003). Tampoco caben ilusiones sobre lo que pueda lograrse con respecto al resto de los respaldos gringos. Pues la Casa Blanca ha dicho en todos los tonos que solo los negociaría, lo que está por verse, en el marco de la OrganizaciónMundial del Comercio ( OMC) y siempre y cuando la Unión Europea acepte reducir los suyos. Y sin duda seguirán vivas, además, las muchas astucias sanitarias y de otros tipos con las que Estados Unidos bloquea la entrada a ese país de los productos del agro que considera indeseables.

Las diferencias entre las respectivas capacidades industriales son aún más grandes, pues este sector exige inversiones de capital bastante superiores para poder funcionar y competir con éxito, inversiones que en los países desarrollados también han contado desde siempre con un sinnúmero de respaldos y subsidios estatales abiertos. Para ilustrar este punto, baste decir que en 1990 los estadounidenses invirtieron 510 mil millones de dólares en plantasy equipos, un poco antes del año en que el presidente Gaviria no pudo encontrar los escasos mil millones de dólares que ofreció para apalancar la reconversión industrial con la que supuestamente se enfrentaría la apertura. Si no fuera tan grave lo que se pretende contra la industria nacional, porque el avance de esta es el que, en últimas, define el desarrollo de los países, hasta produciría risa proponer la confrontación. Y para la muestra, un botón: quien compare las respectivas evoluciones de las capacidades tecnológicas de Estados Unidos y Colombia entre 1900 y 2000, encontrará que mientras allá pasaron de la fabricación de automóviles a la de vehículos que se mueven por la superficie de Marte, aquí ni se fabrican automotores, puesto que estos apenas se ensamblan a partir de piezas importadas. Que nadie se confunda por las apariencias: el tan mentado paso de la mula al jet se ha hecho con aviones adquiridos en el exterior.


Por tanto, la verdad es que los productores colombianos sólo tienen dos ventajas comparativas frente a los extranjeros a la hora de competir: el climay la mano de obra barata. El clima, en el caso del agro, pues ni en Estados Unidos ni en las otras potencias localizadas en las zonas templadas pueden cultivarse productos tropicales, lo que no nos exime de tener que enfrentarnos con los duros competidores de otras cincuenta empobrecidas naciones localizadas en el trópico. Y en todos los sectores, el ínfimo precio de los costos laborales nacionales, ventaja que suele ser insuficiente frente a otros países tan pobres como Colombia, o más, y frente a los enormes desarrollos tecnológicos y productivos de las trasnacionales, las cuales además actúan con la posibilidad, que les brinda la globalizaciónneoliberal, de establecerse en cualquier parte donde se tengan salarios iguales o menores que los de aquí.

1 comentario:

  1. me parece que este material nos sirve para que no demos cuenta por que nuestro país hay pobreza y desempleo

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